sábado, 16 de mayo de 2015

Zygmunt Bauman y los tiempos de liquidación

ENTREVISTA  (Tarea: elaborar un ensayo de cinco cuartillas sobre el pensamiento de Zygmunt Bauman; sobre todo relacionenlo con el tema educativo, hay mucha información en la red sobre este tema. Incluyo la última entrevista que le hiciera el diario El País de España y un artículo-ensayo de mi autoria )

Por:  18 ENE 2014.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/16/actualidad/1389876142_361606.html


Zygmunt Bauman (Poznan, Polonia, 1925) predica con el ejemplo. En su modesta casa de Leeds (Reino Unido), donde se instaló a principios de los años setenta, huyendo de las purgas antisemitas desatadas en su país, no hay huella de esa pasión por lo nuevo que caracteriza a nuestra sociedad consumista. Mobiliario, adornos, alfombras, todo parece llevar años en el mismo sitio en la vivienda de este profesor emérito de la Universidad de Leeds, que le ha dedicado un instituto. El pequeño salón, que se asoma a un jardín invadido por las hojas caídas y el fragor de la vecina carretera, está repleto de libros, gran pasión del dueño de la casa. Fiel a la tradición polaca, Bauman ofrece a la periodista un abundante refrigerio: fresas con nata, pasteles de todo tipo y café que él mismo prepara, a las 10 de la mañana.


Con su característica aureola de pelo blanco, y la inseparable pipa en el bolsillo, esperando el permiso de la visitante para encenderla, Bauman tiene todo el aspecto del intelectual disidente, flagelo del capitalismo salvaje, que tantos admiradores le ha valido en los círculos antiglobalización. Pero el profesor es también un sólido y reputado analista, un implacable observador de nuestro mundo, sin aparente vanidad. Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (ex aequo con Alain Touraine), en 2010, Bauman conserva una envidiable salud. A sus 88 años recién cumplidos, sigue dando conferencias y viajando por el mundo para promocionar sus libros.


El último, ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?, se publica ahora en español editado por Paidós. “No es un libro original”, apunta Bauman. “He recogido material de diferentes investigaciones sobre la idea común que relaciona felicidad y riqueza. Cuando aumenta el PIB, aumenta la felicidad. Y se dice que la gente que gana más parece más feliz. Pero hoy sabemos que la felicidad no se mide tanto por la riqueza que uno acumula como por su distribución. En una sociedad desigual hay más suicidios, más casos de depresión, más criminalidad, más miedo. O sea que la afirmación de que la riqueza de unos nos beneficia a todos es doblemente errónea. Por un lado, no es verdad porque para eso la gente tendría que invertir su riqueza, cosa que no ocurre siempre, y por otro, porque no revierte en más felicidad porque, como hemos dicho, la felicidad depende de la igualdad, de la equidad”.


Sorprende, sin embargo, que Bauman considere nuestra sociedad actual como una de las más desiguales, cuando, al menos en el mundo desarrollado, hemos dejado el hambre atrás, y la mayoría de los ciudadanos lleva una vida decente. El profesor está de acuerdo, pero subraya un fenómeno inquietante. “Hace 20 o 30 años las desigualdades entre las sociedades desarrolladas y las que no lo eran crecía, mientras que la desigualdad en el interior de una misma sociedad (rica), disminuía. Y creíamos, al menos nosotros, los europeos, que con nuestro Estado de bienestar habíamos solucionado el problema de la desigualdad. Pero desde hace 20 o 30 años la distancia entre los países desarrollados y la del resto del mundo está disminuyendo, y, por el contrario, en el interior de las sociedades ricas las desigualdades se están disparando. Hay informes que dicen que en Estados Unidos estas desigualdades están llegando a los niveles del siglo XIX”.

Una de las razones que explicarían esta trágica fractura hay que buscarla en la globalización, que ha permitido a los empresarios contratar a sus trabajadores en cualquier esquina del globo. Otra, y muy ligada a la última crisis, es la erosión que está sufriendo la clase media.


“Es evidente que las clases medias se están empobreciendo. Podemos hablar más que de proletariado deprecariado”, dice Bauman. “O sea viven en una situación cada vez más precaria. Lo importante es que grandes sectores de las clases medias pertenecen ahora al proletariado, que se ha ampliado. Aunque hoy tengan trabajo ha desaparecido la certeza de que puedan tenerlo mañana. Viven en un estado de constante ansiedad”.


—Su libro aborda problemas que estamos padeciendo en España, donde cientos de miles de personas han perdido sus trabajos y no pueden pagar sus hipotecas. Dicho esto, hay gente que asumió riesgos enormes. ¿No tenemos un poco la culpa también nosotros, ciudadanos de a pie, de lo ocurrido? ¿O es que es imposible resistir la tentación del consumo?


—Bueno, es difícil responder. Vivimos en la cultura del consumismo, no es ya simplemente consumo, porque consumir es totalmente necesario. Consumismo significa que todo en nuestra vida se mide con esos estándares de consumo. En primer lugar el planeta, que es visto como un mero contenedor de potencial explotable. Pero también las relaciones humanas se viven desde el punto de vista de cliente y de objeto de consumo. Mantenemos a nuestro compañero o compañera a nuestro lado mientras nos produce satisfacción, igual que un modelo de teléfono. En una relación entre humanos aplicar este sistema causa muchísimo sufrimiento. Cambiar esta situación exigiría una verdadera revolución cultural. Es normal que queramos ser felices, pero hemos olvidado todas las formas de ser felices. Solo nos queda una, la felicidad de comprar. Cuando uno compra algo que desea se siente feliz, pero es un fenómeno temporal.


Bauman recuerda que en la Europa oriental de su primera juventud, “la gente era bastante feliz”. No tenían mucho que comprar, “pero vivían en comunidades solidarias, con buenos vecinos, que se ayudaban entre sí, cooperaban, y eso les daba seguridad, y, por otro lado, eran artesanos, o gente que en palabras del sociólogo americano Thorstein Veblen tenía ese ‘instinto de la humanidad trabajadora’. La felicidad deriva del trabajo bien hecho. La satisfacción que eso produce es extraordinaria. En nuestra sociedad, en cambio, nos definimos no por lo que hacemos sino por lo que compramos”.


El sociólogo, hijo de una pareja de judíos polacos, pasó la infancia y parte de la adolescencia en Polonia, pero sus padres huyeron del país tras la invasión alemana, en 1939, y se instalaron en la Unión Soviética. Bauman participó de lleno en la Segunda Guerra Mundial, combatiendo en las filas del ejército polaco controlado por los soviéticos, y trabajó para los servicios de información militares, en la inmediata posguerra.


“Viví en Polonia esos años”, cuenta el profesor. “Después de la Segunda Guerra Mundial el desempleo era masivo y el país estaba destruido. Entonces llegaron los que proponían entregar las tierras a los campesinos y las fábricas a los trabajadores, y generaron un entusiasmo enorme. La propuesta era trabajar juntos y reconstruir el país devastado. El programa era hermoso”, recuerda Bauman jugueteando con su pipa, que no acaba de tirar. La realidad resultó no serlo tanto. Y el viejo profesor no escatima críticas a la ideología en la que creyó. “Como sabe, hay dos clases de totalitarismos, el nazismo y el comunismo. Tenían bastantes similitudes, pero entre las diferencias hay una importante. Se le puede acusar al nazismo de infinidad de crímenes, pero no de hipocresía. Desde el primer momento, los nazis dijeron claramente lo que pretendían hacer. Querían dominar todos los países y asegurar la supremacía del III Reich, y aniquilar a los judíos, y es lo que hicieron. Mientras que el comunismo era una fortaleza de la hipocresía. El mensaje teórico se basaba en los lemas de la Ilustración,Liberté, Égalité, Fraternité, pero la práctica era muy diferente. La gente vivía mintiendo”.

—Usted ya no es comunista, pero sigue siendo de izquierdas.

—Sí, porque creo todavía en la igualdad. Creo todavía que la libertées más importante que la seguridad. No había desempleo en la Rusia soviética. Había seguridad, acceso a una educación, a un sistema de salud básico, pero nada de libertad.

—Y, sin embargo, usted mismo ha criticado a la izquierda por no ofrecer una verdadera alternativa a la sociedad actual.


—Es cierto. No hay un modelo de sociedad alternativo. La izquierda solo sabe decirle a la derecha, “cualquier cosa que hagan ustedes nosotros la hacemos mejor”. Cuesta distinguir entre Gobiernos de izquierda y de derecha, la verdad.


Y eso hace a las sociedades desarrolladas más homogéneas, intercambiables entre sí, definibles con el adjetivo de líquidas que acuñó el sociólogo polaco (con pasaporte británico) hace una década. Una definición perfecta para la sociedad posmoderna, consumista y banal, en perpetuo movimiento, en contraposición a la vieja y sólida sociedad del pasado. ¿Hasta qué punto esta sociedad líquida es la cumbre del capitalismo anglosajón?


Bauman reflexiona un momento antes de responder. “Hay muchas variedades de capitalismo. Es cierto que los anglosajones han creado un modelo que los demás países han imitado enseguida. Mientras, en los países escandinavos se pagan impuestos altos y, a cambio, la gente tiene excelentes servicios gratuitos, y han optado por recortar la libertad de mercado a cambio de más seguridad existencial, en Reino Unido se opta por la libertad total. Hay que gastar fortunas para obtener una educación, y hay que pagar médicos privados para tener buena atención sanitaria, es cierto. Estamos constantemente presionados por dos valores opuestos y necesarios: libertad y seguridad. Seguridad sin libertad nos convierte en esclavos, y si tienes libertad sin seguridad eres una especie de plancton, flotando por ahí, no un ser humano. Los dos extremos son insoportables, hay que combinarlos”.


Libertad y seguridad son los dos polos entre los que se mueven las alternativas políticas que se nos ofrecen en el mundo de hoy, marcado por la superproducción y los ajustes violentos del mercado. Un mundo que no reconocerían los padres de la economía moderna, como Adam Smith. “Es cierto. Tenían la idea de que el crecimiento económico era un fenómeno temporal, porque pensaban erróneamente que la gente iba a comprar solo lo necesario para cubrir sus necesidades. Así es que muy razonablemente calculaban los productos que tendrían que ser producidos. Todo era una monótona repetición de las necesidades de acuerdo con el crecimiento de la población. No se dieron cuenta de que en la sociedad de consumo no se va a las tiendas solo para reemplazar lo roto o lo consumido, sino a satisfacer los propios deseos. Y los deseos son infinitos”.


Las nuevas generaciones, crecidas en una atmósfera de consumismo brutal, inician su aprendizaje en el sistema desde muy temprano y, a menudo, en familia, como cuenta Bauman, atento observador de una de las sociedades abanderadas del consumismo, la británica. “George Ritzer llama a los centros comerciales templos de consumo. Los domingos por la mañana las familias británicas no van a misa, van al centro comercial. Y es la gran salida familiar de la semana. Van no solo a comprar, sino a disfrutar mirando, viendo lo que hay”.

Bauman quiere terminar la entrevista. Se siente fatigado. Escuchándole hablar una lamenta que alguien con su apasionante biografía haya renunciado a escribir sus memorias.

—Mi esposa escribió dos volúmenes de memorias. Era una persona que percibía el mundo en imágenes, pero yo soy persona de conceptos, y no, no me lo planteo. Ella era la que describía nuestras experiencias cuando íbamos a algún encuentro, y de esa forma yo he llegado a ser consciente de lo que vivimos. Tenía un gran talento para eso. Yo no lo tengo.






Zygmunt Bauman. ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos? Traducción de Alicia Capel. Paidós. Barcelona, 2014. 112 páginas. 13,95 euros. Vigilancia líquida. Traducción de Alicia Capel. Paidós. Barcelona, 2013. 173 páginas. 14,95 euros. La cultura en el mundo de la modernidad líquida.Traducción de Lilia Mosconi. Fondo de Cultura Económica. Madrid, 2013. 102 páginas. 13 euros. Sobre la educación en un mundo líquido.Traducción de Dolores Payás Puigarnau. Paidós. Barcelona, 2013. 151 páginas. 15,90 euros.

Las desigualdades según Bauman

Por: Ramón E. Azócar A.*





En el 2011, se publicó, de la mano del Fondo de Cultura Económica de México, con traducción de Lilia Mosconi, una serie de conferencias del polaco Zygmunt Bauman (1925), con el título de “Daños Colaterales, desigualdades sociales en la era global”. La obra se resume en una frase lapidaria: “La clase es apenas una de las formas históricas de la desigualdad; el Estado nacional, apenas uno de sus marcos histórico; en consecuencia, el final de la sociedad nacional de clases…no augura el fin de la desigualdad social”. Todo se diluye a nuestro alrededor, eso que llamó “modernidad líquida” Bauman y que se ha convertido en un torrente que todo lo arrastra; de lo sólido ya casi nada queda en el mundo moderno; peor aún: estamos ya en la fase ultralíquida a la gaseosa; todo se está haciendo cada vez más etéreo. Según Bauman, “…lo que ocurre es que no tenemos un destino claro hacia el que movernos”; deberíamos… “tener un modelo de sociedad global, de economía global, de política global… En vez de eso, lo único que hacemos es reaccionar ante la última tormenta de los mercados, buscar soluciones a corto plazo, dar manotazos en la oscuridad”.

Para Bauman, la “modernidad líquida” fue una metáfora de la cual se valió para referirse, en concreto, al período que arrancó hace algo más de tres décadas, finalizando el siglo XX, que constituyó el desgaste de la institucionalidad conservadora de la sociedad y el Estado. Lo “líquido”, significa para Bauman, y para quienes desde la epistemología crítica del conocimiento seguimos sus enseñanzas, literalmente, “aquello que no puede mantener su forma”. Y en esa etapa. todas las instituciones de la etapa sólida anterior están haciendo aguas, de los Estados a las familias, pasando por los partidos políticos, las empresas, los puestos de trabajo que antes nos daban seguridad y que ahora no sabemos si durarán hasta mañana. Es cierto, hay una sensación de liquidez total. Pero esto no es nuevo, en todo caso se ha acelerado”.

Bauman, en su obra “Daños Colaterales”, el mundo sólido surgido de los rescoldos de la Segunda Guerra Mundial ya no es viable; admite que a él nunca le gustó el término de “estado del bienestar”, que se ha acabado convirtiendo en un caballo de batalla ideológico, prefirió hablar del “estado social”. Se trataba de crear una especie de seguro colectivo a la población tras la devastación causada por la guerra, y en esto estaban de acuerdo la derecha y la izquierda. Lo que ocurre es que el estado social” fue creado para un mundo sólido como el que teníamos y es muy difícil hacerlo viable en este mundo líquido, en el que cualquier institución que creemos tiene seguramente los días contados. La esperanza es inmortal, e invita a defender la sanidad pública, la educación pública o las pensiones mientras sea posible. La idea de que el “estado social” se irá disolviendo y acabará dejando paso a otra cosa.

En este aspecto, Bauman, citando a Manuel Castells “en este espacio de los flujos”, tal vez tiene más sentido mencionar de un “estado en red” o de “un planeta social”, con organizaciones no gubernamentales que cubran los huecos que va dejando el estado. Yo creo sobre todo en la posibilidad de crear una realidad distinta dentro de nuestro radio de alcance. Hay una diferencia entre “lo inevitable” en este mundo líquido y lo que está ocurriendo en las viejas sociedades de la modernidad sólida; hay, destaca Bauman, está en decadencia la relación de dependencia mutua entre el Estado y los ciudadanos; a “…los ciudadanos no se les ha pedido su opinión, por eso ha habido manifestaciones en las calles. Se ha roto el pacto social, no es extraño que la gente mire cada vez con más recelo a los políticos”. Una cosa es la dosis necesaria de austeridad tras la popularización del consumismo de las tres últimas décadas, y otra muy distinta es “la austeridad de doble rasero”, como llama Bauman,  que están imponiendo algunos los Gobiernos, sobre todo en Europa. En una palabra, describe Bauman, la “…austeridad que están haciendo lo Gobiernos puede resumirse así: pobreza para la mayoría y riqueza para unos pocos (los banqueros, los accionistas y los inversores). O lo que es lo mismo: austeridad para España, Grecia, Portugal e Italia, mientras Alemania hace y deshace a sus anchas. Como dice mi colega, el sociólogo alemán Ulrich Beck, Madame Merkiavelo (resultante de la fusión de Merkel y Maquiavelo) consulta todas las mañanas el oráculo de los mercados y luego decide”.


A todas estas: ¿qué futuro tiene la política en una sociedad que se enfrenta con condiciones de desigualdad infinitas? La falta de confianza en los estratos políticos, recalca Bauman, es un fenómeno a nivel mundial; la razón de fondo es que los políticos no tienen ningún poder, el estado no tiene poder. “En el mundo globalizado en el que vivimos, las decisiones las toman los poderes económicos que no entienden de fronteras. El gran reto del siglo XXI, va a ser precisamente acabar con el divorcio entre poder y política”. Bauman reconoce que hoy día no hay alternativa viable al capitalismo, que ha demostrado la capacidad de las anguilas para adaptarse a los tiempos líquidos. Al respecto destaca Bauman, el “…capitalismo se lleva trasformando desde su invención y ha sobrevivido a las situaciones más difíciles. Su naturaleza es esencialmente la de un parásito: se apropia de un organismo, se alimenta de él, lo deja enfermo o exhausto y salta a otro. Eso es lo que está ocurriendo desde que arrancó esta forma de capitalismo en la era de la globalización…Recordemos el famoso corralito en Argentina, luego vino el colapso de Malasia, y la crisis del rublo, y finalmente la burbuja que estalló en Irlanda, luego en Islandia, y en Grecia, y ahora en España. Hasta que no revuelvan el país y lo dejen en una situación límite no dejarán de dar la lata. Mire lo que ha ocurrido en Chipre. El capitalismo necesita de tierras vírgenes, que puedan ser persuadidas y seducidas. Ya llegará el momento en que se les obligue a pagar las deudas”. La gran preocupación de Bauman es la juventud; a ésta llama la generación de la incertidumbre, con especial hincapié en el desfase del sistema educativo y la precariedad económica en estos tiempos ultralíquidos. Bauman expresa de manera clara y concisa su postura: “Soy muy consciente del tremendo problema del paro juvenil, que es algo ya común a todos los países occidentales, pero que se manifiesta muy cruelmente en España. Cuando más de la mitad de los jóvenes no tienen trabajo, cuando a muchos de ellos no les queda más salida que salir al extranjero o ganarse la vida en trabajos basura, después de haber sacado títulos que no les sirven para nada, la gran pregunta es: ¿Qué futuro estamos construyendo?”. Y cuando vemos universidades con las puertas cerradas y estudiantes manipulando el sistema para multiplicar sus vicios y malformaciones, entonces estamos ante daños colaterales letales que tienden a cambiar la sociedad radicalmente, hacia un panorama gris y sin esperanza. De eso se trata cuando se hace mención a conservar la disciplina en la comunidad universitaria: de evitar que la juventud se pierda en los laberintos mohosos y en ruinas, de la modernidad sólida que demostró su ineptitud para brindarle calidad de vida a la sociedad y a los proyectos humanistas pensados para salvar a esa sociedad. Donde la incertidumbre y la debilidad son la constante, el caos sustituye el orden establecido y se impone la barbarie.



Ilustración de Eduardo Azócar, 1992.

miércoles, 13 de mayo de 2015

PROTESTA ESTUDIANTIL EN LATINOAMERICA HISTORIA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

TAREA: Se coloca un escrito muy general acerca de la protesta estudiantil universitaria; busquen más información y construyan un ensayo, individual, de tres a cinco páginas, donde internalicen ustedes el sentido de la protesta estudiantil universitaria en el caso de Venezuela y sus fines, alcances y necesidades en el ahora histórico del proceso de transformación universitaria.

En 1918 se produce en la ciudad de Córdoba un movimiento social y político que tiene como principal protagonista al estudiantado. Originada en reclamos académicos y culturales , exigiendo una renovación pedagógica , en poco tiempo la protesta estudiantil alcanzará la envergadura nacional y latinoamericana.
La rebelión de los años 20 surge en un contexto económico-social de movilización de sectores medios urbanos, producto de la violenta inserción de América Latina en el mercado mundial.
Juan Carlos Portantiero caracteriza así este período:
“La apertura hacia Europa y los Estados Unidos a través de la intensificación de las relaciones comerciales y del asentamiento de inversiones extranjeras, estaba marcada por la rémora del monocultivo y suponía una deformación del crecimiento a partir de su misma raíz.
“Se trataba de la repercusión, sobre las áreas periféricas, del imponente proceso de desarrollo industrial que tenía lugar en Europa Occidental, principalmente en Gran Bretaña y en los Estados Unidos. Materias primas y alimentos eran ávidamente requeridos por la vertiginosa expansión de las economías capitalistas.  Al crecimiento del comercio mundial, basado cada vez más en una rígida especialización que condenaba a las áreas atrasadas a un crecimiento Unilateral, se sumaba la inmigración de pobladores europeos a América Latina y la inversión de capitales, especialmente destinados a consolidar la dependencia.
“De este proceso, cuyo resultado social, fue en general, el reforzamiento de estructuras internas duales, caracterizadas por la superposición de zonas de atraso precapitalista y áreas urbanas cosmopolitas y con pautas de consumo y hábitos de vida europeas, se favorecieron especialmente los países de la zona del Río de la Plata, Argentina y Uruguay, dado que la existencia en ellos de clima templado y de praderas fértiles los transformaba en ideales abastecedores de alimentos para cubrir los crecientes consumos de los países industrializados”.
Si bien es cierto que todo este proceso implicó la creación de fuertes lazos de dependencia con los países capitalistas ya desarrollados, también es cierto que, aunque deformado, promovió cierto grado de desarrollo. América Latina comenzó a modernizarse y su característica más notable fue el crecimiento urbano. Durante el período comprendido entre 1890 y 1920 las principales ciudades y capitales de América Latina duplicaron y hasta triplicaron su población. La urbanización trajo aparejado un crecimiento en la educación.
De acuerdo con los datos suministrados por el autor anteriormente citado el número de estudiantes se cuadruplicó entre 1890 y 1915, la población de la Universidad de Buenos Aires creció en el mismo lapso de 900 a 4.600, los alumnos primarios de 300.000 a 760.000.
Al abrirse nuevas posibilidades económicas, se resquebrajó el viejo esquema de clases emergiendo importantes sectores localizados en las ciudades, y cuyo peso social los lleva a adoptar casi inmediatamente activas conductas políticas. En el .plano internacional muchas cosas habían cambiado también. Ha finalizado la Primera Guerra Mundial. En 1917, Rusia, el país de los zares, se ha convertido en el primer estado socialista.
En América Latina el triunfo de la revolución mexicana ha convulsionado el continente. En la Argentina, claro exponente de la situación analizada, el reclamo de participación de estos sectores medios urbanos se canalizó fundamentalmente en la Unión Cívica Radical.
El triunfo del radicalismo en 1916 es vivido como un triunfo por una amplia mayoría de estos estratos urbanos. Sin embargo, sería excesivamente esquemático explicar la revuelta estudiantil solamente como un reflejo del ascenso y la movilización de ciertos sectores sociales.
El movimiento estudiantil tiene —tal como lo analizamos al comienzo— características y determinaciones específicas. Su sensibilidad, su capacidad de organización y movilización supera ampliamente los límites impuestos por su clase de origen.
Córdoba es el punto neurálgico de la movilización estudiantil. Es ahí donde más agudamente se dan las contradicciones de una sociedad en transición.
La Universidad cordobesa se mantenía casi como en 1613, año de su fundación. Reducto de! patriciado tradicional, sn sus claustros reinaba el oscurantismo y un estricto criterio de autoridad. Se renegaba del método científico y experimental y como alternativa se enseñaba teología y derecho público eclesiástico. Las autoridades religiosas controlaban rigurosamente el nombramiento y la conducta de los profesores.
Este clima no era característico de todas las universidades del país. Buenos Aires y La Plata trataban de ajustar su organización a los nuevos tiempos que corrían. Todo comenzó con el reclamo de los alumnos cordobeses de sustituir el sistema vigente para la provisión de cátedras. Ante la negativa de las autoridades, los alumnos deciden ir a la huelga, que se cumple de manera exitosa y se extiende solidariamente al conjunto de la población universitaria argentina. Se suceden manifestaciones multitudinarias que son reprimidas con violencia por la policía y se establecen contactos solidarios con sindicatos y partidos de izquierda.
El 21 de junio de 1918 los estudiantes dan a publicidad un documento de fundamental importancia para la historia de! movimiento estudiantil: el Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria. En él se señala, y por primera vez se hace en forma tan explícita, el interés de participar en la toma de decisión de la universidad. “La Federación Universitaria de Córdoba  –dice el Manifiesto– reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el “demos” universitario, la soberanía, el derecho á darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes.
El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia de los estudios. La autoridad de un hogar de estudiantes no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando”.
El Manifiesto está dirigido a todos “los hombres libres de Sudamérica”. En él hay un llamado a la solidaridad americana que pronto tendrá un eco favorable en toda América Latina. “Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando una revolución, estamos viviendo una hora americana”. El espíritu liberal, anticlerical que animó a la Reforma también está presente en el Manifiesto. En él se afirma: “No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa”.
En septiembre el conflicto todavía no se ha resuelto. Los estudiantes deciden dar un paso más decisivo: la toma de la universidad, asumiendo el gobierno de la misma, nombrando profesores e incluso decanos. Se dispone entonces el levantamiento de la huelga y la iniciación de las clases; se invita al pueblo a este acto, pero lo impide el ejército y la policía. Finalmente el gobierno irigoyenista implanta un nuevo estatuto recogiendo los principios básicos por los que habían luchado los estudiantes: la docencia libre y la participación de los alumnos en el gobierno de la universidad.
La reforma se extiende a América Latina Los estudiantes limeños son los primeros en América Latina en recoger las banderas de la reforma cordobesa. Lima, en la década del 20, tenía características semejantes a Córdoba y su universidad constituía también un feudo de los sectores más reaccionarios de la sociedad. Sin embargo, ya desde 1916 existía una Federación de estudiantes con una tradición de lucha importante, incluso en conflictos extrauniversitarios.
En 1919, al acceder Leguía al poder, líder del sector liberal, los estudiantes se sienten fortalecidos políticamente para hacer oír sus reclamos. En junio de ese año un conflicto sin importancia de los estudiantes de Historia con un profesor actuó como detonante. Lanzado el conflicto, las demandas estudiantiles encontraron rápida satisfacción: el 20 de septiembre de 1919 se incorporan a los
estatutos de la universidad dos de las más importantes reivindicaciones reformistas: la existencia de cátedras libres rentadas por el Estado y la participación estudiantil en el gobierno de la Universidad. Este triunfo es efímero; la oligarquía retoma la hegemonía política aun cuando Leguía se mantiene en el poder.
En la Universidad se viven intensos conflictos y recién en 1922 se reanudan las clases, pero ya los estudiantes haban perdido sus conquistas más importantes. Era una derrota significativa que podía conducir a una política de retracción y defensiva. Fue un conflicto exterior a la universidad lo que impulsó nuevamente a los estudiantes peruanos a la lucha. Leguía, cada vez más ligado a los sectores ultraconservadores y religiosos, había colocado a Perú bajo la ‘protección de Jesús”.
Inmediatamente los estudiantes se lanzaron a la calle protestando por lo que consideraban una afrenta política. Pero el estudiantado peruano ya es consciente de que para lograr sus objetivos debe fortalecer su alianza con otros sectores sociales, dirigido por el entonces líder estudiantil Haya de la Torre, consigue organizar la solidaridad de los obreros en las universidades populares creadas por la Federación Estudiantil.
Las manifestaciones populares contra la sacramentalización de Perú fueron totalmente reprimidas por la policía, dejando un saldo de dos muertos; Haya de la Torre fue expulsado a México. En ese país, funda en el año 24 la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), invitando a todos los latinoamericanos a unirse a la nueva organización.
La idea de Haya era concentrar en el APRA —concebido como un amplio frente antiimperialista al estilo delKuomingtan chino— a todas las fuerzas que habían luchado por los postulados reformistas y por la extensión de éstos a otras capas populares. De hecho, recogía la propuesta del movimiento reformista cordobés, dándole un contenido más amplio y una significación “indoamericana”.
La ideología de la Reforma trasciende con el aprismo —más allá de sus transformaciones e. inconsecuencias futuras— los marcos meramente universitarios, para convertirse en toda América en una propuesta política de un tinte nacionalista, popular y antiimperialista. Si bien la idea de construir este frente no fructificó, su influencia política se extendió a varios partidos latinoamericanos: Acción Democrática (Venezuela), Movimiento Nacionalista Revolucionario (Solivia) y Partido de Acción Revolucionaria (Cuba). El espíritu renovador de la Reforma Universitaria llega también a Cuba. En 1923 los estudiantes crean la Federación Universitaria y consiguen las mejoras académicas solicitadas, amparados bajo el gobierno liberal de Zayas.
Al poco tiempo, en 1925, Zayas es sucedido por Gerardo Machado y una época de dictadura y represión se abre en Cuba. A pesar de este clima opresivo, los estudiantes crean en 1926 el primer Directorio Estudiantil Universitario, inaugurando una forma de expresión política autónoma de los estudiantes. Este Directorio consigue años más tarde, derrocado Machado, imponer su propio candidato: Ramón Grau San Martín; esta victoria es efímera. Poco tiempo después Batista asume el poder.
Al comenzar la resistencia antibatistiana encabezada por Fidel Castro, los jóvenes universitarios tienen una participación activa dentro del mismo movimiento 26 de Julio o a través de la propia actividad de la Federación Estudiantil Cubana, recogiendo y sintetizando en una perspectiva más amplia y liberadora los postulados martianos y reformistas. Chile, Uruguay, Venezuela y México recogen también los postulados de la Reforma.
No analizaremos sin embargo en este trabajo las características específicas que ella asumió en estos países. Lo hemos hecho en el caso de la Argentina, por ser este país la cuna del Movimiento Reformista y en el caso de Perú y Cuba por la directa influencia que tiene la ideología de la Reforma en proyectos políticos que se postulan para la modificación de la sociedad en su importante conjunto.
Es importante dejar señalados los principales objetivos del Movimiento Reformista de 1918 y su consecuencia en la historia de la lucha del movimiento estudiantil latinoamericano:
1—Democratización de la vida universitaria levantando como bandera de lucha la constitución de un gobierno autónomo de la universidad formado por profesores, estudiantes y graduados: los estudiantes reformistas eran conscientes del papel protagonice que jugaban en los marcos universitarios y reclamaban ejercer este derecho.
2 — Imposición de una enseñanza científica para romper el oscurantismo. Exigían para ello profesores idóneos elegidos por concursos donde se pusiera en juego no el buen nombre de la profesión, ni su adhesión a determinada ideología, sino un conocimiento profundo de la materia que debían impartir. Para ello era necesario profesores no vitalicios sino renovables periódicamente.
3 — Vinculación con los problemas políticos y sociales de su tiempo y proyección latinoamericana. Los estudiantes reformistas tuvieron temprana conciencia de los problemas económicos y sociales que aquejaban a sus países buscando la alianza con sectores populares y solidarizándose en una misma lucha antiimperialista con los países hermanos de América Latina. Nos parece correcta la observación de ciertos sectores estudiantiles que sin desconocer la importancia de la Reforma critican algunas actitudes políticas de este movimiento. Dice Rodolfo Sáenz “los participantes en las lomadas del 18 concebían la misión de los universitarios como algo realmente «especial y mesiánico», encarando su unidad con el proceso popular pero reservando para sí la conducción teórica y política”.
Esta omnipotencia se extendía a admitir la posibilidad de generar un cambio en las relaciones sociales existentes a través de la universidad. Sin embargo, estas objeciones no disminuyen el valor histórico de los planteos estudiantiles. Gracias al movimiento reformista los universitarios latinoamericanos logran estructurar una fuerte organización estudiantil, Iniciando una tradición de lucha que se mantiene en forma ininterrumpida hasta nuestros días. Muchas de las banderas reformistas —si bien en otro contexto político y social— son recogidas por el movimiento estudiantil europeo 50 años más tarde.
Fuente Consultada: 
Transformaciones, Enciclopedia de los Grandes Fenómenos del Siglo XX – Tomo N° 4 –  Los Estudiantes
Centro Editor de América Latina

martes, 5 de mayo de 2015

Fritjof Capra: la ciencia física es la base de una vida sostenible Permite comprender las dimensiones biológica, ecológica, cognitiva y social de la vida

Entrevista elaborada por: Beatrice Bressan


La física tiene mucho que aportar a una vida sostenible, afirma en la siguiente entrevista el físico y teórico de sistemas Fritjof Capra. La ecología, considera, no es propia sólo de la biología, sino también de otras muchas ciencias, incluyendo la termodinámica y otras ramas de la física. Sin embargo, para contribuir significativamente al gran desafío de generar un futuro sostenible, los físicos necesitarán reconocer que su ciencia jamás dará lugar a una “teoría de todas las cosas”, sino que es tan sólo una de las muchas disciplinas científicas necesarias para comprender las dimensiones biológica, ecológica, cognitiva y social de la vida.







Fritjof Capra es un físico y un especialista en teoría de sistemas que consagró 20 años a la física de partículas antes de centrar su interés en otras ramas de investigación, a mediados de los 80. Célebre escritor, es autor de Las conexiones invisibles.

Capra, que se describe a sí mismo como un educador y un ecologista militante, es director fundador del Center for Ecoliteray de Berkeley (California), que promueve la reflexión sobre la ecología y los sistemas en la enseñanza primaria y secundaria. En esta entrevista, Capra expresa sus conceptos sobre física moderna y sobre “la educación para una vida duradera”.

Durante cuatro años, el Festival de la Ciencia de Génova, cuya última edición tuvo lugar entre el 26 de octubre y el siete de noviembre de 2006, ha sido uno de los eventos más atendidos por los medios europeos de comunicación científica. El objetivo de este festival es crear un punto de encuentro de personas e ideas.

Uno de los muchos ponentes influyentes del festival de 2006 fue Fritjof Capra, doctorado en 1965 por la universidad de Viena, y autor de varios bestsellers internacionales, como el Tao de la Física, La Trama de la Vida y Las Conexiones Ocultas. En el festival dio una conferencia titulada Leonardo da Vinci: la unidad de ciencia y arte.

Usted comenzó su carrera como investigador de la física de partículas y se hizo famoso por su popular libro El Tao de la Física, publicado en 1975, y en el que se relacionaba la física del siglo XX con las tradiciones místicas. ¿Esperaba usted tener tanto éxito con su obra cuando la escribió?

A finales de la década de los 60, advertí algunos llamativos paralelismos entre los conceptos de la física moderna y las ideas fundamentales de las tradiciones místicas orientales. En ese momento, intuí con fuerza que estos paralelismos algún día serían de dominio público y que debía escribir un libro sobre ellos. El éxito posterior de la obra superó todas mis expectativas.

Recientemente, me ha resultado muy gratificante enterarme de que mi trabajo como escritor ha sido reconocido por el CERN. El CERN recibió hace unos años el regalo de una estatua de Shiva Nataraja, Señor de la Danza, del gobierno hindú, para celebrar la relación a largo plazo entre la organización y la India. Allí se instaló una placa especial que explica la conexión entre la metáfora de la danza cósmica de Shiva y la “danza” de las partículas subatómicas, tomando varias citas del Tao de la Física.

La física de partículas puede verse como un método reduccionista, pero usted aboga por la visión de los sistemas como un todo. ¿Cuándo comenzó a profundizar en la teoría de sistemas y qué dirigió sus propias ideas?

En el epílogo de El Tao de la Física, argumenté que “la visión del mundo derivada de la física moderna es incoherente con nuestra sociedad actual, que no refleja la interrelación armoniosa que observamos en la Naturaleza”. Para conectar los cambios conceptuales en la ciencia con el profundo cambio en la cosmovisión y en los valores de la sociedad, tuve que ir más allá de la física y buscar un marco conceptual más amplio. Entonces, me di cuenta de que las cuestiones sociales principales –salud, educación, derechos humanos, justicia social, poder político, protección del medioambiente, gestión empresarial, economía, etc.- todas tenían que ver con los sistemas vivos: con los seres humanos individuales, con los sistemas sociales y con los ecosistemas. A partir de esta comprensión, mi interés investigador cambió y, a mediados de los 80, abandoné las investigaciones en la física de partículas.

Ahora esta interpretación se ha hecho popular, porque hay un aumento del interés por las ideas sobre la complejidad. ¿Le gusta ver cómo se está desarrollando la complejidad?

Sí. Creo que el desarrollo de la dinámica no-lineal, conocida popularmente como teoría de la complejidad, en los años 70 y 80 marcan un cambio en nuestra comprensión de los sistemas vivos. Los conceptos clave de este nuevo lenguaje –caos, atractores, fractales, bifurcaciones, etc- no existían hace 25 años. Ahora sabemos qué tipo de preguntas hacer cuando tratamos con sistemas no lineales. Esto ha producido algunos descubrimientos significativos en nuestra comprensión de la vida. En mi propio trabajo, he desarrollado un marco conceptual que integra tres dimensiones de la vida: la biológica, la cognitiva, y la social. Presenté este marco en mi libro Las Conexiones Ocultas.

¿Cómo se involucró en el Center for Ecoliteracy de Berkeley?

Durante los pasados 30 años, he trabajado como científico y divulgador, y también como educador y activista medioambiental. En 1995, algunos colegas y yo fundamos este centro para promover la ecología y la filosofía de sistemas en las escuelas públicas. Durante los últimos 10 años, hemos desarrollado una pedagogía especial, la “educación para una vida sostenible”. Crear comunidades humanas sostenibles significa, en primer lugar, comprender la habilidad inherente a la naturaleza de sustentar la vida, para después rediseñar nuestras estructuras físicas, tecnológicas y las instituciones sociales en concordancia con esa comprensión. Eso es lo que queremos decir con “ecológicamente culto”.

¿Qué éxito atribuye a sus proyectos y cómo mide ese éxito?

Me siento feliz de poder decir que nuestro trabajo ha recibido una gran respuesta por parte de los educadores. Hay un intenso debate sobre los estándares y las reformas educativos, pero basado en la creencia de que el objetivo de la educación es preparar a los jóvenes sólo para competir en el entorno de la economía global. El hecho de que esta economía no sirve para preservar la vida sino para destruirla se ignora normalmente, y ahí el verdadero desafío educativo de nuestro tiempo: comprender el contexto ecológico de nuestras vidas, apreciar sus escalas y límites, reconocer los efectos de la acción humana y, sobre todo, “conectar los puntos”.

Nuestra pedagogía, “la educación para una vida sostenible” es experimental, sistémica y multidisciplinar. Convierte los colegios en comunidades de aprendizaje, a los jóvenes en ecológicamente cultos y les aporta una visión ética del mundo y de las posibilidades de vivir como personas completas.

De lo que usted conoce sobre educación a ambos lados del Atlántico, ¿cree que hay grandes diferencias entre los sistemas educativos de Europa y USA, y cree que pueden aprender unos de otros?

Los educadores que asisten a nuestros seminarios proceden de muchas partes del mundo. Las conversaciones con ellos nos han permitido darnos cuenta de que, aunque nuestra pedagogía haya inspirado a gente de muchos países (de Europa, Latinoamérica, África y Asia), no puede ser aplicada como modelo en dichas naciones de manera directa.

Los principios de la ecología son los mismos en todas partes, pero los ecosistemas en que se practica el aprendizaje experimental son distintos, así como los contextos culturales y políticos de la educación en los diversos países. Esto supone que la educación para la sostenibilidad necesita una re-invención continua.

¿Puede contribuir la física a la visión de la vida sostenible?

Absolutamente. La ecología es intrínsecamente multidisciplinar porque los ecosistemas conectan el mundo vivo con el inorgánico. La ecología, por tanto, no es propia sólo de la biología, sino también de otras muchas ciencias, incluyendo la termodinámica y otras ramas de la física.

El flujo energético, en particular, es un importante principio de la ecología, y el desafío de pasar de utilizar combustibles fósiles a fuentes de energías renovables es un campo en el que los físicos pueden hacer contribuciones muy significativas. No es casual que uno de los mayores expertos mundiales en energía, Amory Lovins, director del Rocky Mountain Institute, sea un físico.

Actualmente, usted trabaja en un Nuevo libro sobre la ciencia de Leonardo da Vinci. En su seminario en el Festival de Ciencia de Génova usted explicó que lo que necesitamos hoy es exactamente el tipo de ciencia que Da Vinci anticipó. ¿Cómo cree que la física debe –o puede- evolucionar en el futuro? ¿Hay, en su opinión, un futuro para la física?

Bien, usted me pregunta varias cuestiones en una, todas ellas muy sustanciosas. No estoy seguro de si podré hacerles justicia de manera breve. Ciertamente, podemos aprender mucho de la ciencia de Leonardo. Dado que nuestras ciencias y tecnologías se han ido estrechando cada vez más en sus enfoques, no se pueden comprender los problemas de nuestro tiempo desde una perspectiva interdisciplinar, dominados como estamos por compañías con escaso interés por el bienestar de los seres humanos. Urgentemente, por tanto, necesitamos una ciencia que honre y respete la unidad de todas la formas de vida, reconozca la interdependencia fundamental entre todos los fenómenos humanos y nos reconecte con la Tierra viva. Ésta es exactamente la ciencia que Leonardo da Vinci anticipó y esbozó hace 500 años.

Los físicos tienen mucho que aportar al desarrollo de este nuevo paradigma científico. En la ciencia moderna, la interdependencia fundamental de todos los fenómenos naturales fue por primera vez reconocida en la teoría cuántica, y diversas ramas de la física resultan esenciales para la comprensión completa de la ecología.

Sin embargo, para contribuir significativamente al gran desafío de generar un futuro sostenible, los físicos necesitarán reconocer que su ciencia jamás dará lugar a una “teoría de todas las cosas”, sino que es tan sólo una de las muchas disciplinas científicas necesarias para comprender las dimensiones biológica, ecológica, cognitiva y social de la vida.


Beatrice Bressan es física y divulgadora científica del Centro Europeo de Investigación Nuclear CERN. Esta entrevista se publicó originalmente en la revista CERN Courrier, May 2007 p 15. Se reproduce con autorización. Traducción del inglés: Yaiza Martínez. Copyright CERN.



ASIGNACIÓN: Escriba un ensayo individual, de tres páginas, sobre el pensamiento de Capra relacionado con las Ciencias de la educación. Enviarlo al correo. (Hay un 25% de la evaluación que no lo definí directamente, sino que se lo ganan participando e interactuando por el blog de manera individual).

lunes, 4 de mayo de 2015

La humanidad tiene que regenerar la vía de civilización y reformar motores de desarrollo -Entrevista con Edgar Morin





Entrevista con motivo del "periplo andino" de Edgar Morin, fundador del método y conceptos del Pensamiento Complejo, que organizan el Instituto de Pensamiento Complejo de la universidad Ricardo Palma, en Lima, entre el 26 y el 30 de mayo, y la Corporación COMPLEXUS para el desarrollo en Bogotá, entre el 30 de mayo y el 2 de junio, con base en la última obra de Morin, "La Vía para el futuro de la humanidad".


Edgar Morin es el último pensador francés vivo de talla mundial. Nacido en 1921, Morin ha atravesado, pensado y sobrevivido a todas las crisis, guerras mundiales y revoluciones del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Su obra, traducida a decenas de idiomas, comporta más de 60 libros, entre los que figuran 6 tomos de la obra magna, "El Método", y el best-seller de la UNESCO, "Los siete saberes necesarios a la educación del futuro". Su último libro, "La Vía para el futuro de la humanidad", ha sido publicado en Paris en 2011, por Fayard y traducido al castellano por Paidós.

La idea de metamorfosis, más rica que la de revolución, contiene la radicalidad transformadora de ésta, pero vinculada a la conservación (de la vida o de la herencia de las culturas). ¿Cómo cambiar de vía para ir hacia la metamorfosis? Aunque parece posible corregir ciertos males, es imposible frenar la oleada técnico-científico-económico-civilizatoria que conduce al planeta al desastre. Y sin embargo, la historia humana ha cambiado de vía a menudo. Todo comienza siempre con una innovación, un nuevo mensaje rupturista, marginal, modesto, a menudo invisible para sus contemporáneos. Así comenzaron las grandes religiones: budismo, cristianismo, islam. El capitalismo se desarrolló parasitando a las sociedades feudales para alzar el vuelo y desintegrarlas.
Edgar Morin (En: "Elogio de la metamorfosis", 2010)


NVG – ¿Maestro, en qué ánimo y con qué finalidad prepara este "periplo andino"?

EM – Con emoción, responsabilidad y solidaridad. Un grupo de amigos y lectores atentos a mi obra han querido organizar sucesivamente en Lima y Bogotá dos congresos inspirados en mi último libro "La Vía para el futuro de la humanidad". La finalidad del "periplo andino", como usted dice, es la de compartir reflexiones que impulsen reformas sociales, económicas, políticas, educativas inspiradas en los conceptos y el método del Pensamiento Complejo y del pensamiento del sur, es decir, reformas que se piensen en conjunto y religadas entre sí. Dado que las reformas tienen perfiles diversos y temporalidades diferentes, no se pueden hacer de manera separada. Ahí está el principal desafío: reformar requiere sopesar la diversidad de intereses, historias y costumbres, mentalidades, espacio y tiempo. El jefe político, el empresario, el educador, cada ciudadano debe tomar conciencia de esa "unidad en la diversidad" propia al giro reformatorio y ser a su vez actor crítico, teórico y práctico, pues no hay reforma económica ni social sin reforma política, y sin reforma del pensamiento o educativa; y tampoco hay reforma vital ni ética posible sin reforma de las condiciones económicas y sociales, y viceversa.

NVG – Se habla de reforma desde que se habla de política y de ética. Es decir, desde la antigua civilización greco-romana, pasando por el cristianismo, el renacimiento europeo, las revoluciones de la Modernidad, desde que se busca pensar en la mejor manera del buen gobierno y del buen vivir. ¿En qué consiste, en estos comienzos del siglo XXI, la reforma que propone el Pensamiento Complejo?

EM – Creer que el Pensamiento Complejo es el nuevo "esquema mental" o el "new age" epistemológico puede ser sugestivo; es en realidad ilusorio y hasta ideológico. La alerta contra la tentacion de clave global o piedra filosofal es tan antigua como lo es la historia del pensamiento. En la Antigua Hélade existió también la complejidad -recuérdese a Heráclito, un presocrático llamado "el obscuro", un pensador de los contrarios complementarios-; pero también existió el Pensamiento Complejo en la Cábala judía o en el yin-yang, contrarios que armonizan el universo en la antigua China.

Ahora bien, reformar para salir de una crisis no basta; se necesita ante todo el cambio regenerador que trae la metamorfosis. Esto puede parecer únicamente tema de reflexión y de filosofía; en realidad es vida activa y juicio práctico. Dar consejos es también un arte antiguo que requiere prudencia y discreción. La piedra de toque entre la teoría de los consejos y la práctica de la acción es la realidad del contexto. De nada vale predicar si no se aplica. Y de nada vale aplicar sin predicar, es decir sin explicar, exponer, persuadir; sin poner en relación tradición y modernidad; sin religar saberes, competencias, aptitudes.

Hace 25 siglos, Siracusa sufría el peor mal político que pueda sufrir una sociedad: la guerra civil. Platón se atreve entonces a escribir dos cartas que se volvieron famosas para dar a los sicilianos de entonces consejos políticos, éticos y prácticos, inspirados en la filosofía platónica. Palabras más, palabras menos, el gran filósofo propone que los jefes políticos empiecen por reformarse así mismos, es decir: por ser los primeros en someterse a las leyes, a la división de poderes de las diferentes instancias confederadas en una constitución de buen gobierno, por ser ejemplares. Yo entiendo que toda reforma requiera dieta y régimen individual; según el carácter y el contexto; luego toda reforma implica tanto la intimidad individual, como la privacidad familiar, la sociabilidad de la plaza pública y la visión planetaria. Por eso una crisis culinaria o local conlleva una crisis mundial o global. Y una crisis global se convierte en un problema privado en la cocina donde falta la comida para cada uno. Lo político involucra lo ético y lo ético condiciona lo político. Individuo, sociedad, especie, son tres en uno permanentemente.

Constato hoy que nosotros, los habitantes del mundo occidental u occidentalizado, sufrimos, sin ser totalmente conscientes de ello, dos tipos de carencias cognitivas que requieren cura o reforma: la ceguera propia de un modo de conocimiento que, al compartimentar los saberes, desintegra los problemas fundamentales y globales que exigen un conocimiento interdisciplinar; y el occidental, o centrismo, que nos coloca en el trono de la racionalidad y nos da la ilusión de poseer lo universal. Por eso me interesa particularmente el contexto del mundo andino, pero asimismo el mestizaje brasilero y la negritud del archipiélago del Caribe, pues han sido laboratorios de Pensamiento Complejo, porque han sido cruce de civilizaciones y culturas de una riqueza extraordinaria entre continentes: Europa, América, África, Asia.

Volviendo a su pregunta, la reforma que propone el Pensamiento Complejo es ante todo la de una concepción de la reforma como tal. Más o menos de lo mismo no tiene sentido para salir de una crisis. Toda reforma unívoca y cuantitativa está condenada, en el mejor de los casos, al círculo vicioso. La realidad es que reformar es un arte que requiere una visión multifocal y la toma en cuenta de saltos cualitativos. Es decir, lo que se busca es lo diferente y no más ni menos de lo mismo. Por eso, el Pensamiento Complejo muestra que la reforma efectiva solo existe de manera plural, interdependiente y solidaria; y que las reformas son a su vez institucionales, económicas, sociales y mentales o educativas
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Edgar Morin (foto de Lila rodríguez, 2010)




NVG – En su libro "La Vía para el futuro de la humanidad", publicado en Paris en 2011, usted propone 7 reformas para ir en camino de dicho futuro, como lo hiciera en 1999 cuando la UNESCO lo invitara a pensar la reforma educativa y usted propuso "7 saberes necesarios a la educación del futuro". ¿Cuáles son esas 7 reformas y cuál es el método para llevarlas a cabo?

EM – Con la caída del Muro de Berlín en 1989 y el advenimiento durante los años 1990 de Internet, cuatro motores sin control, inspirados por el liberalismo capitalista financiero, impulsan a la catástrofe el desarrollo globalizado de la nave espacial Tierra: la ciencia, la técnica, la economía y la industria. Pero también somos libres de tomar conciencia y de constatar que en la base de las sociedades civiles de muchos países, hay múltiples iniciativas dispersas que apuntan a combatir ese tipo de mentalidad alienada por lo cuantitativo y lo expotencial; a combatir la degradación de la atmósfera, los monstruos del egoísmo, el odio, la corrupción, el desarrollo tecno-económico ciego y anónimo, desconectado del entorno ambiental, social y cultural, los conflictos étnico-político-religiosos. Esas iniciativas son marginales, como lo fueran en su momento los grandes movimientos de transformación, regeneración y emancipación en la historia de la humanidad. La ola desaforada técnico-científico-económico-industrial conduce el planeta a la destrucción, y lo mantiene en la edad de hierro, pero esperamos que eso sea también la era prehistórica de una sociedad-mundo.

Parece cada vez más evidente que, para sobrevivir a esta edad de hierro planetaria, la humanidad tiene que cambiar de vía de civilización y de motores de desarrollo. Pero además de reformas, dicho cambio de vía requiere una metamorfosis o giro civilizatorio, como cuando la humanidad descubrió la rueda o la imprenta, o la conciencia, o cuando nuestro ancestro antropoide se transformó en homínido y desarrolló el cerebro con el lenguaje y la cultura. Si en todas las sociedades se asocian vías reformadoras, que son interdependientes, entonces tal vez emerja en este siglo XXI la vía para el futuro de la humanidad. En mi libro sobre la "identidad humana" (El Método V – La humanidad de la humanidad, Paris, 2001), propuse salvar a la humanidad realizándola, es decir, proseguir el proceso de hominización del mamífero que somos en humanización. Las reformas son de mucho tipo. He identificado en la Vía aquellas que tienen que ver con la política o el manejo del poder; con la economía o el manejo de las riquezas; con la sociedad o la organización de las instituciones; con el pensamiento o la organización de los conocimientos y competencias; con la educación o la relación fundamental entre la tradición y la modernidad; con la vida o el entorno humano y ambiental; con la ética o la relación del bien y del mal. El método consiste en llevar a cabo estas reformas de manera conjunta, complementaria e interconectada, asumiendo las relaciones complejas que implican y la lógica de bucle recursivo en donde los efectos retro-actúan sobre las causas, y donde los productos son en sí mismos productores de lo que los produce.

















NVG – ¿No le parece titánico, casi sobrehumano, ese desafío? ¿No cree usted que el hombre, "gloria y desecho del universo", "imbécil gusano de tierra", como decía Pascal, con tanta dificultad para salvarse a sí mismo, sea en definitiva incapaz de salvar a la humanidad?

EM – El misterio está ahí, como todo lo esencial, evidente y ante las narices de cada uno de nosotros. Por eso considero la reforma del individuo o ética como el punto capital de toda reforma humana. Le dediqué enteramente el último libro de mi obra El método, pues de nada sirve regular los sistemas financieros si los individuos siguen siendo corruptos, ambiciosos y egoístas, de nada sirve reformar la educación, la sociedad y la política, si los individuos siguen siendo un lobo el uno para el otro, un tramposo, un mentiroso, un traidor. El futuro de la humanidad ha estado, está y estará en el corazón y en la mente de cada uno de nosotros, pues cada individuo es todo y parte de la humanidad. Por eso, siempre he dicho que el mayor reto para los políticos, los padres de familia y los maestros reside en la educación para la generación del futuro.
Nota:
Nelson Vallejo-Gómez es filósofo franco-colombiano, ex-secretario general de la Asociación para el Pensamiento Complejo en Paris, miembro fundador del Instituto de Pensamiento Complejo Edgar Morin, de la universidad Ricardo Palma en Lima y de la Corporación COMPLEXUS para el desarrollo en Bogotá. Copyright ©Powered by Ciudadeje.com